viernes, 25 de abril de 2014

MÁS ALLÁ DEL AMOR



¿Cómo es posible que un sueño pueda revivir sentimientos? Sí, la culpa la tienen los sueños o el inconsciente, como diría un psicólogo. Entonces me pongo a recordar si pensé en él durante el día y mi respuesta siempre es NO.
Pero entonces ¿cómo explicar aquel sueño tan vívido, tan real? Mi madre me diría  que a veces soñamos con alguien porque esa persona ha pensado en nosotros. Esa sería una dulce respuesta, creer que él pensó en mí, que me recordó y por eso soñé con él.
Aquel sueño donde lo vi tan claro, tan cerca, tan mío; allí donde sentí su calor al abrazarlo, el aroma de su aliento al besarlo y lo más perturbador el miedo a perderlo en aquella despedida desdibujada en algún rincón de mi cerebro… La intensidad de ese sentimiento me recordó el tiempo que estuvimos juntos.
Me parece ayer cuando nos conocimos, la presentación de aquella amiga y él tan intenso desde el principio; todavía recuerdo su mirada penetrante, pero lo que más me intrigó fue sentir en sus ojos un sentimiento profundo por alguien que acababa de conocer que se reflejó en aquel abrazo tan cálido y tan dulce al mismo tiempo, como si me conociera de siempre y luego aquellos encuentros “casuales”, que después él mismo me contaría que fueron totalmente planificados.
Por fin, después de unos días, esa noche inundada de lluvia y frío que no nos alejó de las calles, que, más bien, se transformó en el escenario perfecto para aquel primer beso, que desencadenaría el torrente que vendría después.
En ese momento, me enamoró su pasión, su misterio, su seguridad y su espiritualidad cuando me hablaba de seres trascendentes que viven en la naturaleza, de la importancia de los sueños, como aquel que estábamos viviendo en ese momento, porque ésa era su premisa: vivir intensamente el presente: el hoy; vivirlo como si fuera el último día, como si nada nos esperara al día siguiente y así lo hice a su lado. Aquellas semanas juntos, fueron así para mí, las últimas de mi vida.
Así su fuerza, su entrega me convencieron, me persuadieron y al final me embriagaron a tal punto que le creí, que un sueño podía durar por siempre. Cada día a su lado fue una aventura, una ilusión, un sueño, una travesura; desde salir a caminar a través de pequeños paraísos alejados que descubríamos en la periferia, hasta el amor bajo las sábanas cálidas de su casa en pleno centro de la ciudad, siempre con algo nuevo que hacer, algo inolvidable; pasando de la intimidad física a la espiritual; sintiendo así nuestras almas compenetradas, transformándose en una sola, y sentir así que se cumplía lo que él siempre me susurraba al oído “ahora somos uno”.
Esos momentos imborrables en nuestras vidas construyeron un sentimiento que trascendía al amor, que nos llevó a un nivel diferente, en el que las definiciones de este sentimiento no alcanzaban a explicar lo que estábamos viviendo. Esto  lo confirmé cuando después de una despedida, que creí para siempre, el destino nos volvió a reunir, con la misma fuerza y pasión de años atrás, como si no hubiéramos pasado un solo día separados. Nuestros cuerpos y almas se reconocieron y se amaron con la misma intensidad de hace más de 15 años atrás, pero con la experiencia del hoy.
Nunca fue una posibilidad compartir nuestras vidas, cada uno tenía  un camino recorrido, lejano; pero ese sentimiento que trascendía al mismo amor nos unirá  a pesar de todo.  No puedo negar que a veces nace en mí la ilusión de que algún día estaremos listos para vivir un mismo sueño pero luego soy consciente que nuestra historia debe quedarse sólo en un sueño, que nos regalará de vez en cuando un dulce recuerdo que nos ayudará a seguir adelante con la realidad.
Irónico que un sueño haya traído esa nostalgia de nuevo a mi vida, que me haya hecho recordar el calor de su cuerpo a mi lado, el dulzor de sus labios en mi boca y lo más importante la necesidad de su cercanía, aunque ahora sólo sea en sueños.
Pero ahora estoy segura que nuestra historia no ha terminado, sólo tuvo un comienzo diferente que nos deja la ilusión de vivir aquel sueño que la inició.